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Carta de Carlos Cardenas Martinez cuidad de Nicaragua

Junio 2013

Carta sobre la nueva Ley 779 en Nicaragua...

Herminio Linares, his spouse Geronima, daughters Marbely, Marylu, Theresa, and granddaughters Daisy and Jennifer posing for a PDA camera at their home in Las Crucitas neighborhood, Niquinohomo, in Masaya, Nicaragua Photo by Carlos Cardenas

Las normas públicas pueden hacer la diferencia en contra de la violencia doméstica hacia las mujeres, en una sociedad fundada en el machismo y las relaciones patriarcales. "La justicia hará posible la paz." Isaías 32:17.

Hermanos y hermanas:

Les saludo con alegría recordando las palabras del profeta Isaías anunciando que "la paz es fruto de la justicia" (Isaías 32:17). En mi humilde opinión, estas palabras reflejan el kairós que inspira y nos conduce a ser conscientes de los nuevos signos de esperanza.

Cuando decidí escribir esta carta sinceramente no estaba motivado por los acontecimientos que atraen a los lectores de los principales diarios del país o los anuncios de televisión opuestos a la nueva ley contra la violencia de género, ni tampoco por las largas discusiones en la Asamblea Nacional de Nicaragua apoyando la aprobación de esta ley.  A pesar de la férrea oposición de sectores oscurantistas de la sociedad contra la ley, pretendiendo rechazar la aprobación y negando de esta manera los crecientes niveles de violencia doméstica contra la mujer y la niñez en el país, la Ley 779 finalmente fue aprobada.

Herminio's home in Las Crucitas (Small Crosses), a poor rural neighborhood with precarious social infrastructure in Niquinohomo municipality. Standing at his right side, daughters Marbely and MaryLu and spouse Geronima; at the end of the row, daughter Theresa. Photo by Carlos Cardenas

En lugar de describir en esta carta lo que está sucediendo en los medios de comunicación, he preferido describir un retrato de una auténtica familia nicaragüense con los colores de su situación real. Dejando a un lado las tendencias de las estadísticas institucionales y la hipotética de las comparaciones numéricas, he escogido a una familia que vive por debajo del nivel oficial de pobreza; una pareja con 5 hijas adolescentes y las implicaciones que esta ley puede traer para ellas en el futuro inmediato.

El Sr. Herminio Linares y su esposa Jerónima siempre soñaron tener una familia equilibrada de hijos e hijas creciendo juntos, fieles a sus creencias, a pesar de la pobreza. Ellos oran y agradecen a Dios por haber sido bendecidos con cinco hijas.

La lucha de Herminio por el ingreso diario es realmente ardua, él trabaja en la albañilería y carpintería, un sector en Nicaragua donde los salarios son los más bajos del país. Su ingreso promedio fluctúa entre 200 y 220 dólares por mes, para una familia de 7 miembros, esto equivale entre 95 centavos a un dólar, per cápita, por día. No quiero referirme en detalle a las precarias condiciones de su vivienda y menaje, ni a la baja calidad de vida porque verdaderamente me hacen llorar.

Part of Herminio's family, spouse Geronima, daughters Theresa, MaryLu, and Marbely and granddaughters Jennifer and Daisy talking with Carlos Cardenas, PC(USA) mission co worker at the Council of Evangelical Churches of Nicaragua (CEPAD) and Presbyterian Disaster Assistance Representative for Latin America and Caribbean region. Photo by Herminio Linares

Lo aleccionador en esta familia es que Herminio nunca se atemorizo por la situación de que su familia estuviera compuesta en su mayoría por sus hijas, en lugar de ello, Herminio empezó a entrenar a sus hijas en su trabajo mientras que la señora Linares es su competente asistente haciendo el trabajo pesado. Las chicas aprendieron el trabajo de su padre de tal manera que hoy en día Herminio y sus hijas Marilú, Mariela, Marbely, Teresa y Carolina han formado un equipo de trabajo con muy buen rendimiento. 

No obstante, la discriminación de género en Nicaragua es notoria, en algunos sectores rechazan contratarlos porque la gente condena el trabajo de las mujeres que comúnmente hacen los hombres. Algunos incluso cuestionan a Herminio por vincular a sus hijas en su trabajo diario.

Recientemente el Sr. Linares envió a sus hijas a una escuela pública vocacional, las chicas estaban muy contentas por haber obtenido becas para estudiar en esta escuela. Después de esta capacitación, la familia tiene ahora un mejor perfil y desempeño como equipo de trabajo familiar. 

He visitado un par de veces su humilde hogar en Las Crucitas (Niquinohomo),  para proporcionarle información sobre oportunidades de empleo temporal para su equipo de trabajo, algunas veces con éxito.

Las Crucitas (Small Crosses) Catholic Parish in the Las Crucitas neighborhood, the congregation to which Herminio's family used to attend mass. The church was built by Herminio's family brigade. Photo by Carlos Cardenas

Cuando me siento con ellos a conversar, compartiendo sus humildes muebles e improvisado techo de paja, con pedazos de láminas metálicas como paredes y piso de terraplén, me doy cuenta de lo mucho que hemos sido bendecidos como familia, pero la mayor parte del tiempo no somos capaces de reconocerlo. Tengo que ir a la casa de Herminio para ver como la voluntad de Dios está obrando en mí. Visitar este humilde barrio me ha hecho cuestionar mis propias dudas y preguntarme ¿merezco todo lo que Dios ha preparado para mí en mi vida? ¿cómo puedo ser un mejor administrador de todas estas bendiciones...incluyendo la existencia misma  y las pequeñas cosas que quizás no las necesitamos, pero que inexplicablemente las perseguimos con desesperación?

Sinceramente ante los desafíos de Herminio, me siento impotente de no poder hacer algo más que venir y expresarle mi solidaridad. Así que oramos y reflexionamos acerca de como la pobreza golpea a centenares de familias nicaragüenses presionándolas a buscar otras alternativas de ingreso mas allá de las fronteras nacionales. También reflexionamos sobre cómo ser fieles a la promesa de vida con plenitud que Dios nos ofrece y de cómo mantener viva la esperanza. Y no es fácil abordar estos asuntos cuando el estomago esta vacio o  grandes gotas de lluvia, cayendo dentro de la casa, golpean tu cabeza y mojan tu ropa hasta los huesos y es ahí cuando la esperanza parece estar mortalmente enferma, casi muriendo.

Yo deseaba hablar con Herminio sobre la Ley 779 pero él se mostro absolutamente escéptico. Me di cuenta que él sabía mucho sobre la Ley, pero con algo de ansiedad me pidió que cortáramos el tema diciendo "ese asunto es para gente estudiada", yo accedí y le respondí que era un buen punto. Una ley por sí misma no es una panacea para todos los males consecuencia de la violencia social y domestica. Se requiere del compromiso de todos los sectores, en especial del gobierno, fortaleciendo los programas sociales de salud y educación pública, especialmente para los estratos más pobres de la sociedad. Una campaña oficial centrada en la mujer que explique los beneficios de la ley para aquellas mujeres más afectadas por la pobreza es una prioridad clave.

La tarde languidece y la oscuridad cae en Las Crucitas. Rápidamente compartimos la última taza de café mientras diversos temas de interés de la comunidad son comentados por el grupo. Algunos preocupados por la pronta llegada de la temporada de huracanes y los bajos niveles de preparación, otros interesados en la época de siembra de granos básicos como el maíz, arroz, frijoles y demás. Está claro que la Ley 779 no es una prioridad en una familia que no experimenta la violencia domestica en medio de la pobreza, y más bien, todos coinciden, en que las prioridades son el ingreso, las oportunidades de empleo y el mejoramiento de las condiciones de vida.  

Les pido mantener a  la familia Linares y a la comunidad de Las Crucitas en sus oraciones, compartiendo de esta manera la esperanza y la confianza en las bendiciones de Dios para los pobres. También quiero hacer un llamado fraternal a la buena voluntad de aquellos interesados en participar en la misión, proporcionando algún apoyo para esta familia y comunidad, que con  seguridad transformará vidas.

Amistosamente nos despedimos de Herminio, mientras la familia se prepara para ir a la misa de los viernes en la parroquia local.

Que el amor perpetuo de Dios y sus bendiciones este con ustedes.

Carlos Cárdenas M
PCUSA Misión Co Worker in CEPAD Nicaragua
Presbyterian Disaster Assistance PDA
Program Repr Latin America and Caribbean

The 2013 Presbyterian Mission Yearbook for Prayer & Study, p. 22
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