Carta de Jenny Bent
ciudad de Haiti/Dominican Republic
primavera 2014
Queridos amigos,
Marcos y yo les estamos escribiendo hoy como entrenadores de Evangelismo Comunitario de Salud para Batey 7. Nuestro trabajo es parte del programa de salud que la Iglesia Evangélica Dominicana (IED) está desarrollando en ese batey, entre otros lugares en el país. Enviados por la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos (PCUSA, por su nombre en inglés), Marcos y yo tenemos 28 meses desde que la PCUSA nos asignó a apoyar a la IED como miembros de su equipo local de trabajadores en misión, sirviendo la gente de la República Dominicana.
Hemos estado trabajando en Batey 7 con la estrategia de Evangelismo Comunitaria de Salud (ECS) desde las mitades del año 2012 en Batey 7. ECS es una estrategia que integra los elementos más importantes que afectan a una persona—las necesidades espirituales y emocionales, las físicas y las sociales. No nos referimos a plantar iglesias o eliminar la pobreza. Este trabajo es más profundo que esto. Soñamos en restablecer la relación íntima de cada persona con Dios, con sí mismo, con su prójimo y con la naturaleza.
Dos de los componentes importantes de un programa de ECS son el Comité de Desarrollo Comunitario y sus voluntarios ECS. El comité se conforma de líderes escogidos por la comunidad para encabezar su programa de desarrollo integral. Los voluntarios son los que visitan los hogares en su comunidad para promover la prevención de enfermedades comunes, promover la defensa de los derechos sociales y en general animar a sus vecinos a participar en actividades que beneficien a toda la comunidad. A la vez que los voluntarios comparten temas espirituales. Pero para hacer esto los voluntarios ECS necesitan entrenamiento—talleres y espacios para crear técnicas y métodos para transmitir las enseñanzas. También es necesario producir materiales educativos apropiados a su cultura y vivencias.
Antes de ayer a las 9:00 PM, nuestra amiga misionera Metodista Ardel Graner regresó con Marcos y yo a nuestra casa en Barahona de un centro de formación en Batey 9, donde concluimos dos días y media con los voluntarios ECS de Batey 7. Durante los dos días, Ardel nos ayudó a facilitar un taller para que los jóvenes desarrollaran los materiales que ellos necesitan para su trabajo. Llegamos muy cansados pero tuvimos en mano mucho papelògrafo cubierto con las oraciones, las citas bíblicas, las reflexiones y los testimonios presentados por los jóvenes. Nuestras mentes y nuestros corazones estaban y están inquietos, desbordados por la abundancia de conocimiento que los voluntarios ECS compartieron.
Durante los dos días y medio tuvimos a trece jóvenes baja nuestra responsabilidad. Los jóvenes tienen edades comprendidas entre 13 a 19 años. No conocemos muy bien a cada uno, pero durante el transcurso de este taller descubrimos y nos sorprendimos de sus dones. Intercambiamos risas y dinámicas. Algunos aprendieron a usar la Biblia por primera vez; otros oraron por primera vez. Fue la primera vez para todos de escribir una lección bíblica que puede ser usado de forma práctica en la comunidad de Batey 7. Un aspecto lindo de este grupo de jóvenes es que casi todos provienen de diferentes denominaciones, mientras otros no pertenecen a ninguna denominación.
En el taller teníamos diez temas que el Comité de Desarrollo Comunitario había escogido como los más importantes para la comunidad. Antes de todo, separamos los jóvenes en pequeños grupos de tres y escribieron su forma de entender cada tema, en el contexto de Batey 7. Después reformamos los grupos y cada grupo escogió uno de los temas para desarrollar una lección. Cada conjunto de jóvenes tenía que buscar un texto bíblico que se podría relacionar con el tema y escribir una pequeña reflexión en base a esta relación. Les solicitamos que también incluyeran un testimonio personal de sus vidas. Tenía que incluir oraciones y hasta los saludos que usarían cuando entren en las casas de sus vecindades. En el primer intento como escritores y autores formaron grupos de 4, luego 2 y luego trabajaron individualmente.
Por los primeros dos lecciones que escribieron—el de grupos de cuatro y el de grupos de dos, hicimos simulacros de las visitas a casas que van a realizar. Solo con las lecciones individuales no tuvimos tiempo para pasar por ese proceso. Cada simulacro salió muy diferente. En una casa había cristianos devotos, en otra había una familia disfuncional. Lo más asombroso es que eran los jóvenes que desarrollaron esta dinámica. Todo era completamente improvisado. Los jóvenes daban sus observaciones después de cada simulacro, sugerencias para mejorar su presentación. Parte de lo que nos asombró eran los jóvenes quienes al inicio eran muy retraídos después comenzaron a dar algunos destellos. Marcos me compartió que cada vez que un joven escogía un texto bíblico, el sentía la necesidad de considerar el por qué del texto escogido, y pensar luego en pasajes que presentaban el mismo mensaje más claramente. Marcos también estaba aprendiendo con los joven. Todos estábamos aprendiendo.
Al final del taller hicimos una celebración del ágape LOVE FEAST--la celebración del amor fraternal que es parte de mi tradición como miembro de la iglesia Morava. Compartimos pan dulce y chocolate como símbolo de fraternidad y unidad. Les pedimos si estaban dispuestos a responder al desafío de Jesús de llevar sus conocimientos, sus capacidades a sus vecinos, para transformar su comunidad. Respondieron fuertemente que sí. Les preguntamos si creen de verdad que lo que ellos llevan adentro de si vale mucho más que el oro y la plata. Respondieron fuertemente que sí, lo creen.
Como facilitadores teníamos dudas de cómo íbamos a desarrollar el taller, ¿Acaso van a poder escribir sus vidas y su relación con Dios a puño y letra?... Ya lo han hecho. ¿Utilizaran lo que han aprendido?... Frente de todos han dicho que sí y en las evaluaciones, repitieron esa afirmación, comenzando con sus familias y sus amistades. Todo lo que yo y Marcos entendimos sería difícil o hasta casi imposible parece estar volviendo una realidad.
Uno de los textos que leímos el taller proviene de Mateo 10: 5-9. Los invito a leerlo y a reflexionar acerca de este pasaje. ¿Cuántas veces hemos creído que solo las riquezas y los bienes materiales resolverán la pobreza y las aflicciones? ¿Cuántas veces hemos llegado a una comunidad para decirles que es lo mejor para ellos? Deténganse con nosotros. Escuchemos juntos a nuestros hermanos. Ellos tienen la sabiduría de su comunidad para crear una nueva realidad.
Dedicado a, Clinton, Leo, José, Franck, Alberto, Mella, Ambar, Maria Luisa, Maybis, Nayelis, Esmeralda, Génesis y Yolanda.
Agradecemos a los jóvenes de Batey 7 por darnos la oportunidad de intercambiar sus opiniones y sueños, también a Esperanza Martínez y Santa Cuevas como miembros del Comité de Evangelismo Comunitario de Salud por dar su tiempo y facilitar el progreso del taller.
Agradecemos a nuestra amiga y misionera Metodista, Ardel Grainer por preparar el material necesario para llevar a cabo este taller.
Gracias a todos los amigos desconocidos y conocidos que han apoyado esta misión. Y por favor continúen orando y apoyando.
Jenny
The 2012 Presbyterian Mission Yearbook for Prayer & Study, p. 12
blog: http://markandjenny--pcusa.blogspot.com/
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